
En el inicio de mi auto coloquio mental, yo me preguntaba sobre
la verdadera esencia del amor. Pero desde un sentido universal, no tanto un
amor romántico sino un amor global, a las personas en general. Y caí en la
cuenta que una buena manera de demostrar el amor era realizar algo bueno por
otra persona. Ese algo tenía que ser factible, nada desmesurado, algo
cotidiano; cosas seguramente fáciles, que no nos provocan ninguna complicación
pero que a la persona que las recibe le facilitan mucho. ¿Qué cosas podrían ser
esas? Imaginaos que alguien os pregunta: ¿Qué puedo hacer para mejorarte el día?
Pues la respuesta son todas esas cosas que se os acaban de ocurrir.
No propongo que lo hagamos con cada una de las
personas con las que nos cruzamos a lo largo del día porqué tal vez sería
agotador,….o quizás no, pudiera ser que no fuera tan difícil puesto que la
premisa es que sean cosas fácilmente conseguibles. Podríamos iniciar una cadena
de favores de esas de las pelis que tanto me gustan, esas que me arrancan la lagrimita
porque me devuelven la fe en la humanidad. Pero empecemos por mí y mí alrededor.
Cuando haya conseguido devolverme la fe en mi propia humanidad y logre realizar
algo por alguien cada día, ya expandiré el negocio.
Como eslogan para mi campaña me agenciaré aquella frase mítica de JFK de…no te preguntes
que puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tu por tu país. Y
de ahí, cambiamos el país por la persona.
Pues vamos al tema: el otro día salí antes del
trabajo porque me encontraba mal. Me fui directa a casa, era viernes y los
viernes tarde a mi marido le gusta bajar a la cafetería de la esquina a tomarse
unas cervezas con los amigos.
Cuando me vio entrar en casa percibí que le
había fastidiado el plan y después durante una conversación me lo confirmó.
Se había quedado en casa esa tarde porqué
estaba convencido que me molestaría si se iba a su cerveza del viernes. Y tenía
razón. Siendo que había vuelto a casa antes del trabajo porque me encontraba
mal,¿ como iba él a irse y dejarme en casa con mi malestar? (no llegué a entrar
en la polémica de si pretendía dejarme con los niños o llevárselos).
Total que se quedó y yo le agradecí
internamente el detalle. Bueno Cris, no mientas. No le agradecí nada, pensé que
era lo lógico y punto.
Después en la conversación que os contaba, él
me señaló que le fastidió tener que quedarse conmigo porque a mí no me pasaba
nada grave más allá de un gripazo y él se había perdido su charla cervecil con
sus amigos, momento en el que él, verdaderamente disfruta mucho. Y yo pensé que
tampoco hubiera pasado nada si se hubiera ido y me hubiera quedado tranquila en casa con mi
Netflix, mis dibujos, mis libros, mis videos o lo que sea.
El tema es que él me mejoró el día quedándose y
haciéndome compañía y yo se lo hubiera podido mejorar ofreciéndole sinceramente
la posibilidad de irse.
Entonces, ¿la mejora de uno implica siempre la
desmejora del otro? ¿Si el detalle hacia una persona no conlleva aunque sea un
mínimo sacrificio, no tiene merito de mención? ¿Y si la acción no te sale de
dentro sino que lo haces por quedar bien o por obligación moral, vale la pena
hacerla? Toda esta vertiente de preguntas creo que se salen de la línea de esta
reflexión así que no quiero contestarlas ahora.
En esencia yo no me refiero a buenos actos impuestos, quiero detalles que no
le compliquen la vida a la persona que los da pero que ayuden a la persona que
los recibe. Y en verdad son tan fáciles que se me ocurren mil: hacer alguna
rutina que hace la otra persona diariamente para que tenga 5 minutillos para hacer
otra cosa que le guste más (sacar los bocadillos del día siguiente del
congelador, preparar las mochilas de los niños, recoger el encargo del
mercado), hacerle un mini masajillo relajante al llegar a casa, adelantar el
sofrito de la cena que tiene que hacer
el otro por la noche, no se mil cosas. En algún lugar leí que incluso
hay parejas que se lo preguntan directamente.
-
“Cariño, ¿qué puedo hacer hoy por
ti para mejorarte el día?
Y lo
mejoran no sólo por el tiempo que te ha ahorrado o por la tarea que te ha
evitado; Incluso cuando tu respuesta es nada , esa pregunta te ha mejorado ya
de por sí el día, por el simple hecho de
preguntar , por el sencillo motivo de querer obsequiarte con un acto, te das
cuenta que han pensado en ti y han decidido hacer algo que te ayude, sería como
decía Carles, decirnos cosas bonitas, pero con hechos, algo que te demuestra
que todavía hay mucho de bonito por
decir y por hacer y que con muy poco que demos ,nos acercamos a esa cosa extraña
y maravillosa que conocemos por AMOR.