viernes, 24 de noviembre de 2017

Treintaytodos

Viajo hacia espacios soñados donde vivir, reír y soñar. Gozando en ellos de la soledad y la compañía, de su luz, colores y olores: el olor de la madera, de los libros, del café en la mesa del salón, sintiendo la calidez del cojín, el confort del sofá. Viajo a espacios habitándolos, ocupándolos y percibiendo su interior, una caja de sorpresas llena de sensaciones, sueños e ilusiones...
Le copio a Laia ( http://laiavilaro.com/ ) estas palabras, porqué en el momento en que las leí me hicieron cerrar los ojos y transportarme a todos esos lugares que son suyos, pero que hice míos por un instante y de repente me entraron muchas ganas de escribir una carta. Una carta como nunca había escrito antes. Una carta a mí misma, a la Cristina de 1988 cuando apenas tenía 10 años.
Querida Cristina, Cristineta, Cristi.
Permíteme a mí, que te llame Cris, porque sé que es el único modo en como verdaderamente te identificas.
No te haces una idea de lo importantes que serán estas palabras para ti viniendo justamente de ti misma. Mi tierna y dulce Cris de 10 años, te recuerdo tal cual eres, risueña y parlanchina, la súper Cristi como te llaman tus padres en esta nueva década que inicias justo hoy. Me hace mucha ilusión escribirte estas líneas y la idea se me antojó espectacular cuando germinó en mi mente y la visualicé como algo fantástico y mágico, pero paradójicamente, ahora frente al teclado, no sé bien qué decirte. No quiero avanzarte nada más que lo indispensable, no te voy a fastidiar la intriga, la novedad ni las sorpresas. Sé cómo te gustan. Y sé que te seguirán gustando a los 39...;)
Empezaré por el principio, sigue siendo tal como eres en tu infancia. Te gustará haber sido una niña correcta, de buen comportamiento y notas sobresalientes, que no dice mentiras y obedece siempre. Deberías intentar ser menos pija y un poco menos repelentilla en ciertos momentos, pero vaya, lo estás haciendo bien y estás adquiriendo buenos valores. Sigue así. Tal vez pueda sonar muy a tópico si te digo que hagas caso a lo que te dicen tus padres de aquí a unos añitos, así que no lo haré y te dejaré a tu libre albedrio en la etapa rebelde que pasarás durante tu adolescencia en la que, ciertamente, dudarás de su visión de la vida (pero no puedo evitar avisarte en esto: escucha a tu padre en lo que respecta a vivir, él tiene la verdadera clave. Yo no seguí su consejo en mi momento y seguramente si lo hubiera hecho mi vida en lugar de 10 hubiera sido de 100). Como sé que a partir de cierto momento no serás fan de hacer caso a los adultos, te invito a que me hagas caso a mí, que te conozco muy bien y a pesar de mis treintaytodos, no me siento todavía adulta la mayoría del tiempo. A mí no puedes engañarme porque aun a día de hoy recuerdo y por tanto sé, como te sientes en el momento que estás viviendo. Sé de tus anhelos y de tus miedos y conozco tus ilusiones y también tus decepciones. Tengo la suerte de llevarte una ventaja de 29 años y eso, mi vida, confiere una sabiduría descomunal, no por ser más mayor ni por ser más lista que tú, sino por haber vivido a través de tus propios ojos y haber sentido literalmente, desde tu corazón. No tienes secretos para mí y eso tanto tú como yo, sabemos que nos gusta. Es cierto, nos gusta que nos conozcan, somos como un libro abierto que a menudo arranca sus hojas y las lanza al viento sólo para ver hasta dónde pueden llegar.
Te vaticino una vida muy feliz y en verdad muy cómoda. Disfruta mucho de los que das por sentado que siempre van a estar ahí. Un día se irán irremediablemente y obviamente nadie podrá hacer nada para que se queden más tiempo. Abrázalos, bésalos y quiérelos mucho. Exprime cada gota de cariño y guárdatela muy dentro, junto a vuestros momentos en común porque habrá instantes que los necesitarás sentir cerca y te aseguro que gracias a todos esos recuerdos almacenados, lo estarán. Y no voy a engañarte, los echarás de menos cada día del mundo, pero te sentirás reconfortada al pensarlos y a menudo seguirás sintiendo esas cosquillitas de cuando ella te hacía una trenza sentada en la sillita del balcón. Al terminar de leer esta carta, ves corriendo y pídele que te haga una de mi parte. Tú ya sabes quién es.
Pasarás tus montañas rusas físicas y emocionales y sólo te incito a que recuerdes precisamente eso, montaña rusa, a veces arriba, a veces abajo. Ese va a ser el ritmo de tus emociones y así es como realmente aprenderás a disfrutar de tus días, con veces de infarto a velocidad de vértigo, con épocas en remanso y calma, con momentos de subir hasta el infinito y otros de sentir que te estampas contra el suelo. No te estamparás, te lo aseguro, pero tal vez es necesario conocer el tacto del suelo en algún momento, para saber dónde no hay que volver a caer. Serás una buscadora incesante de tu felicidad que te va a conllevar un gasto de adrenalina brutal, eres una yonqui de nuevas experiencias y una defensora a ultranza de estrenar nuevos sentimientos a pesar de la edad, de la situación, y del ya no toca. Tu mismo espíritu de ahora, mientras juegas con tu barbie patinadora y pones una pegatina más en tu armario de mil puertas, se ha mantenido intacto aun hoy, casi 30 años después. Reconozco en ti, mi ingenuidad, mi ilusión y mi inocencia, son innatas en nosotras; pero no creas que no vas a cambiar, sí mi niña, a veces dejarás de lado estas cualidades a propósito. Nunca serás mala de corazón porque no te surge, no eres así, pero te darás cuenta que no puedes ser 100% bondad, 100% blanco o 100% negro, por lo menos no en este mundo, así que cometerás errores, harás cosas mal hechas y harás daño, sin querer sin duda, pero te sentirás mal a pesar de haberlo hecho sin mala intención. Con esto te darás cuenta que eres humana y los humanos tienen cualidades buenas y también malas y en el fondo te reconfortará aprender a aceptar tus turbiedades mentales, puesto que necesitas conocerte a ti misma y mostrarte tal cuál eres de verdad, sin artificios ni normas morales o sociales. Aprende a reconocer todo eso en ti, y no te canses de intentar mejorarlo.
Con tu semi madurez, tu mente cambiará muchísimo, abrirás tu mirada a nuevos mundos (aunque lo descubrirás un poco tarde para mi gusto), donde para ti ya no habrán prejuicios, no consentirás que nadie ponga fronteras a tus sueños y lucharás todavía más fuerte para no ponértelas tu misma. Descubrirás precisamente que tú eres tu principal detractora, la que te hace las críticas más duras y también las que más duelen y no soportarás el levantarte ni un sólo día sin un proyecto en mente, cosa que por contrapartida te resultará agotador en ciertos momentos.
Llegará un tiempo en que por fin, decidirás desaprender todo lo aprendido y establecer nuevas normas en tu vida y en tu modo de relacionarte que te harán replantear el concepto de todas las palabras conocidas y las redefinirás y les darás la vuelta para conseguir  verlas desde puntos de vista que no sabías ni que existían. Hazlo, no tengas miedo, este cambio te aportará bienestar mental porque hará que te sientas libre y sincera, con los demás y también contigo misma. No pongas limite a tus inquietudes, alguien dijo alguna vez que si puedes imaginarlo es que puedes hacerlo y tu mi niña, eres única imaginando nuevos mundos que descubrir. Ese será un importantísimo punto de inflexión en tu vida, puesto que si funciona, cosa que desconozco todavía, puede ser la diferencia entre construir y deconstruir. Por ese camino tienes junto a ti, construyendo, a un inmejorable compañero de viaje, que en la medida de lo que puede, sigue tu ritmo mental (y eso, créeme, es verdaderamente complicado teniendo en cuenta a la velocidad en que se mueven tus impulsos). Has descubierto en él a un padre excepcional y a un amigo verdadero que lucha junto a ti para que vuestro barco no se hunda. La clave es sencilla en la teoría pero difícil en la práctica y más si le sumas años y responsabilidades; debéis remar juntos y sólo así conseguiréis ganar la batalla con ese desaprendizaje de ideas que estrenáis, para conseguir convertir ese velerito con el que empezasteis en un acorazado. Así que hazlo, inténtalo con fuerza, con toda tu alma, pero eso tú ya lo sabes porque cuando tú y yo queremos algo, lo queremos con todas las células de nuestro cuerpo. Podríamos no comer, no dormir, no hacer nada más que no fuera nuestro objetivo. Lo sabemos, o lo sé yo y lo sabrás más adelante, así que no intentes luchar contra eso porque es una batalla perdida. Tu fortaleza radica en la pasión de tus convicciones. No lo pierdas o nos perderemos a nosotras mismas.
Te enfadarás mucho, muchísimo. Con mucha gente pero más contigo misma. No tienes un carácter fácil, eres vehemente, pasional y gruñona; y a pesar de lo que diga la gente, a ti esa efusividad no te desagradará. Hoy mismo me han llamado torbellino y aunque creo que era a modo de crítica yo lo he tomado como halago. Salta, brinca, corre y escala, ríete, emociónate, llora y patalea, no olvides que el agua estancada se pudre, así que prepárate, déjate fluir y acéptame un consejo: come un poco más sano, haz más deporte, lee más, que este torbellino te tiene preparadas muchas ideas locas que te fascinarán desde el segundo cero. Lo sé, confía en mí.
Habrá épocas en las que te aislarás, se difuminará tu esencia y no te sentirás tú misma. Lo harás por razones que ahora mismo no podrías llegar a entender y no nos engañemos, en su momento, seguramente tampoco. Que no te esclavice ese sentimiento, todas las almas necesitan momentos de introspección y descanso y tú no vas a ser la excepción. Volverás a resurgir, volverás a ser tú. La misma Cris que lee esto ahora, que es en esencia, la Cris verdadera.
No conseguirás para nada esa perfección que tanto ansías, serás delgada pero nunca te lo verás lo suficiente, serás bonita según algunos puntos de vista pero siempre destacarás tus imperfecciones físicas, tal vez te consideren inteligente pero tú nunca te sentirás lista ni ágil mental, no conseguirás sentirte experta en nada ni especial en mucho, así que, ¿Qué decirte?, que si escribiera un diario hoy mismo, se repetirían los mismos alegatos que escribiste tu anoche, en la galería de tu habitación, en tu refugio Canadiense querido. Pero calla, que Canadá no ha llegado todavía a tu vida. Sigue pues en tu altillo de cuento de hadas que, allí es donde todavía se están forjando en ti, muchos de nuestros futuros sueños.
De amor no te voy a adelantar nada, sólo decirte que amarás mucho, con locura y hasta el infinito y lo repetirás cada noche a dos personitas que te cambiarán la vida y darán contexto al amor más puro y verdadero que vayas a conocer nunca. Por esas personitas serías capaz de morir y de matar y con ellas descubrirás tu propio reflejo en la visión de tu madre y con ello te harás consciente por primera vez en toda su magnitud real, de su amor hacía ti. Del amor sentimental, del de las pelis, tendríamos mucho que hablar, debatir y desmitificar pero no voy a decirte nada porqué sé que es un sentimiento que te maravilla, es lo que te mueve realmente y vas a vivir enamorada del amor por el resto de tus días. No hay modo de cambiarlo. Somos así y no consientas que nadie te haga creer que lo que pasa en las pelis es todo mentira. Para nosotras no lo es, por lo menos, no todo, así que punto y aparte.
Los 39 los estrenas envueltos en todo ese halo de cambios de mentalidad que ya te he contado, que se basan principalmente en un nuevo proyecto laboral pero que en el fondo engloba todo una nueva visión de la vida y de la forma en que la percibirás y la decidirás vivir. Así que a día de hoy estás metida en la cosa más complicada que vayas a emprender nunca, y no te hablo de casarte, tener hijos, encontrar un trabajo estable o intentar ser feliz con todo eso (que, sinceramente, a ratos también se te hará complicado por la constancia que requiere, y sabes que de constancia tú y yo, vamos faltas), te hablo de este otro proyecto personal, algo muy grande que se ha ido formando en ti a través de los años y que nunca te habías permitido llevar a cabo. Te llamarán loca, irracional y hasta irresponsable y siendo realista, justamente hoy por la tarde he sido consciente que no lo vamos a conseguir, mi niña, siento mucho decepcionar tus sueños, pero lo intentaremos con todas nuestras fuerzas, no lo dudes y tal vez consigamos quedarnos a tres cuartos del trayecto, que ya va a ser un logro muy, pero que muy interesante. Sabes que nuestra felicidad no suele recaer en el final del camino sino en el gusto por recorrerlo. Las necesidades físicas, mentales, económicas y logísticas que son requisito indispensable para su consecución, harán que superes límites, miedos y prejuicios y sólo por eso nuestro esfuerzo será bien merecido.
Con este proyecto y siempre, en general, vas a creer que no sigues una línea argumental lógica, a menudo vas al revés del mundo, como a destiempo, y a partir de cierta edad el “ya no toca” resonará demasiado en tu mente, pero Cris, pasa de todo, de verdad, no le hagas ni caso a ese sentimiento porque para ti resulta muy dañino y te crea una claustrofobia que mal gestionada  puede serte desastrosa. SI puedes y SI toca. Así que cose un cuadradito más a esa manta de Patchwork imaginaria que conforma todo tu ser. Eres así, un conjunto de infinidad de cuadritos de tela, todos muy diferentes entre sí, con ninguna característica común pero que unidos, con cariño, quedan estupendos y forman a alguien a quien espero quisieras conocer. Tú a mí me gustas mucho y sólo espero que a ti te guste ver en quien te has convertido, así que te dejo con una frase que justamente hoy nos ha mandado la mama, que nos conoce mejor que nadie: No dejes nunca de soñar, porque sólo quien sueña aprende a volar. Como punto y final y tal vez más a modo de disculpa ante todas las gamberradas que te tengo preparadas te digo que, cumplir años es obligatorio, lo de madurar es opcional. Me vas a entender muy pronto, te lo aseguro.
Desde mis nuevos 39, muchas felicidades por tus nuevos 10.
Con amor infinito para Cris,
Firmado: Cris.