
Pasé la primera prueba, el
examen teórico y aprobé.
Tenía que quedar entre los 30 mejores como requisito para
poder acceder a la siguiente prueba. Y quedé.
La segunda criba era una mínima y según todo el mundo accesibilisima prueba
física. La course navette, la dichosa carrerita de arranca, acelera y frena al
ritmo de un pitido. Para mi edad, porque iba por edad y ya estoy en el rango de
las maduritas, tenia que conseguir hacer 6 paliers. Y de nuevo, según todo el
mundo, facilísimo.
Entrené durante 2 semanas,
que fue el tiempo que tuve desde que convocaron hasta el momento de la prueba,
cada día, cambios de ritmo, técnica de carrera, pivotar, aumento de capacidad
aeróbica, etc. Nunca hubiera podido imaginar un mejor equipo de entrenadores ni de compañeros de
entreno. Mil gracias a todos los componentes de Mes Vida y a todos los que me
habéis animado(ya todos sabéis quien sois) por vuestra paciencia, esfuerzo y dedicación y
sobre todo por animarme a pensar que era
capaz de conseguir aquello y mucho más. Sabed que para mi, que me hayáis
apoyado en este tema ha significado muchísimo, y por ello, os querré siempre.
Los entrenos dieron su fruto pero no consiguieron dar la cantidad de fruto
necesario y a pesar de, según mi percepción, intentarlo con todas mis fuerzas no llegué a
los 6. Aquella tarde, tras salir del CAR de St Cugat con los 29 compañeros
restantes, todos con sus Salomon, su tipo atlético, su perfil físico de
bomberos y con sus 8 paliers conseguidos
sin apenas despeinarse ni derramar una gota de sudor (creedme, no exagero) me
permití caer en unas horas de debilidad mental. Vaya, que lloré toda la tarde
entera. Lloré cuando mi compi Isaac me dio un abrazo de consuelo, lloré cuando
mi marido y mis hijos me recogieron a la salida y tuve que que decirles que no
lo había conseguido, lloré todo el camino hacia casa, lloré en la ducha, en la
merienda, tirada en la cama, abrazada a mis niños, lloré mientras mi marido
intentaba animarme y también mientras escribía algún wasapp dando mi noticia.
Lloré todo lo llorable. Me sentí tan decepcionada conmigo misma, sentí que
decepcionaba a mucha gente de mi alrededor y eso me hizo creerme tan frágil,
tan débil y tan mayor que sólo por aquella tarde me permití suponer que mi
viaje hacia ese objetivo había terminado.
Y mientras me regodeaba en mi océano de lagrimas, recordé en que tipo de
persona quiero convertirme, en como es la madre que quiero mostrar a mis hijos
y como es la Cris que anhelo ver en el espejo. Recordé a las personas que desde
un inicio me han animado a intentarlo, sencillamente porque no intentarlo es
mas fracaso que hacerlo y no conseguirlo.
Rememoré todas las veces que durante años solo imaginé, y cómo
lo glorioso sobrevino cuando cometí la imprudencia o la valentía (según el
punto de vista de quien te lo explique) de poner sobre la realidad todo lo que
mi mente se había atrevido solamente a soñar.
Y ahí es cuando los quisiera se convirtieron en quiero, los debiera en
debo y los algún día en ahora y sólo entonces los deseos pudieron empezar a
convertirse en hechos.
¿Y qué ha pasado con todo aquello? ¿Todo eso se va a evaporar
por un traspié, por unas piernas que no alcanzan una velocidad concreta o por
un corazón que no consigue bombear a la frecuencia necesaria? ¿No sigo siendo
la misma yo que anhela la autosuficiencia? ¿ No soy la Cris de no pidas la
luna, si la quieres consíguetela tu misma? La de menos hablar y más hacer, la
de ves a por lo que quieres, la fan incondicional de Anna Fisher, de la
baronesa Blixen y de la Tris de Divergente?
¿Y pues? Pues que voy a seguir para adelante, está vez
conociendo de verdad mis límites. Mi marido me dijo aquella tarde que estaba
claro que Dios me había dotado de mejor mente que cuerpo. No tengo claro si en
un elogio o una crítica pero al menos se ha convertido para mí en una
declaración de intenciones de lo que necesito mejorar. Mi punto de partida con
datos reales y objetivables.
Un compañero de trabajo me contó una vez que el triunfo es
cuestión de currárselo, de tener fortaleza e inteligencia pero también es
cuestión de suerte como Carl Orff y su Carmina Burana; parece ser que no se
hizo pública la obra no sé bien si por incomprensión o por desconocimiento,
pero años después de su muerte se dio a conocer y nunca peor dicho pero nunca más
claro, Carmina Burana la petó bien petada. Merecidísima fama pero a destiempo
para su autor que ni la olió ni la saboreó (un poco como yo que si hubiera
nacido en la época de Botticelli la hubiera petado también, pero me tocó de los
80 en adelante así que sólo espero no tener que esperar a morirme para saborear
mis frutos)
Y es que estábamos hablando de suerte y yo de eso considero
que tengo mucha, buenas cartas, buenos giros del destino y muy buenos
compañeros de viaje a mi alrededor ; y es que cuando amigos te declaran que
todo es cuestión de constancia y ganas y que a mí de eso no me falta y que el
mundo necesita personas como yo (refiriéndose a la pasión que pongo cuando
quiero algo) y cuando le doy las gracias por los ánimos me responde que la
energía que irradio es mía, y que no cambie (a pesar de necesitar tardes de
debilidad mental para llorar un mar), no me queda otra que brindar por mis anhelos,
e invitar a los que me quieren de verdad a brindar conmigo, porque como leí
hace poco en algún sitio …
Brindemos por las locas, por las inadaptadas, por las rebeldes, por las alborotadoras, por las que
no encajan, por las que ven las cosas de una manera diferente.
Por a las que no les gustan las reglas y no respetan el statu-quo.
Con las que puedes no estar de acuerdo con ellas, puedes glorificarlas o vilipendiarlas.
Pero lo que no puedes hacer es ignorarlas.
Porque cambian las cosas y empujan adelante la raza humana.
Mientras algunos las vean como locas, nosotras las vemos como genios.
Porque las mujeres que se creen tan locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo hacen.
Por a las que no les gustan las reglas y no respetan el statu-quo.
Con las que puedes no estar de acuerdo con ellas, puedes glorificarlas o vilipendiarlas.
Pero lo que no puedes hacer es ignorarlas.
Porque cambian las cosas y empujan adelante la raza humana.
Mientras algunos las vean como locas, nosotras las vemos como genios.
Porque las mujeres que se creen tan locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo hacen.
En mi caso sólo aspiro conseguir
cambiarme a mi misma y tengo muy claro de las que quiero ser. Quiero ser de las
de…
¿Vamos al cine? ¡Vamos!
¿Vamos a bailar? ¡Vamos!
¿Vamos a escalar al
rocódromo? ¿A una exposición de fotos? ¿A ayudar a alguien? ¿A acurrucarnos en
el sofá? ¿A aprender algo nuevo? ¿A conseguir un sueño?... ¡Vamos!
¿Vamos? ¡Vamos!
Yo tengo claro que voy. ¿Os venís?