miércoles, 28 de enero de 2015

Lady Magdala

Hace un tiempo, bailando con mi hija de 2 años en brazos, de repente caí en la cuenta de lo que decía la canción…..”Si levanto tu falda, ¿Me darías el derecho a medir tu sensatez?” y me paré en seco, la dejé en el suelo y me agache a su nivel. Naia, le dije cogiendo sus manos entre las mías, NUNCA dejes que nadie cuestione tu sensatez por si te levantas la falda o no. Levántatela con quien tú quieras y sólo cuando tú quieras pero que nunca nadie te cuestione nada  salvo tu misma. La niña me miraba con ojos de no entiendo nada y mi marido se reía en la cocina como si esta guerra no fuera con él, cosas de chicas, debió pensar.  A raíz de ahí pienso a menudo últimamente en los valores que debo inculcarles a mis hijos y en los límites de la sensatez, honradez, moralidad, decencia y demás cualidades.
En mi último curso de instituto un compañero, a modo de dedicatoria, me dibujó a mi misma vestida de brujita con una frase que decía: “cuando eres buena, eres buena; pero cuando eres mala, eres mejor”
Millones de frases hacen apología de lo divertido que es ser mala…
Las chicas buenas van al cielo, las malas van a todas partes.
Una buena chica conoce sus límites, una mujer inteligente sabe que no tiene ninguno.
Y yo pienso, ¿Está el buen comportamiento sobrevalorado? ¿Ha pasado de moda el ser buena chica? Y ¿qué es ser buena chica? ¿Se refieren todas esas frases a ser una fresca?, ¿una descarada? ¿Una buscona? Buscona, de buscar. ¿Buscar es malo? ¿Acaso es malo intentar conseguir lo que una quiere? No lo tengo entendido así. Supongo que el término cae en la vertiente negativa si de lo que hablamos es de buscar lo que una quiere en el ámbito sexual. ¿Porqué es políticamente correcto decir me muero de hambre y en cambio no lo es me muero de ganas de tener sexo contigo? A mí se me ocurren infinidad de calificativos mejores que buscona para definir a una mujer que propone eso : directa, clara, sincera, poderosa, autosuficiente, decidida, astuta.
Pero parece ser que estos no valen, parece ser que si todo ese rollo sexual se normaliza y no se marraniza ya no pone tanto. Pero ¿y si una (y no me estoy describiendo a mi misma) es normalita, poco curiosa, con poco afán por descubrir? ¿Qué pasa con las bien tapaditas, de no es por vicio ni fornicio, con las de misionero con la luz apagada los sábados, las de yo con esto ya soy feliz? ¿Y qué pasa con estas mismas mujeres si de repente un día deciden que quieren experimentar? ¿Pasarían entonces a ser objeto de cuestionar su sensatez o su decencia? ¿Sería lícito que quisieran abrir sus horizontes y aprender actitudes nuevas? Y ahí está el quid de la cuestión. ¿Todo es aprendible? ¿Nace una con unas capacidades concretas o las puede adquirir por el camino? ¿Podría llegar a superar al que las tiene innatas? ¿Se puede llegar a un techo de  aprendizaje y no poder saber más de un tema concreto?
Una vez en un arrebato de solucionar la economía familiar verbalicé que antes que mis niños pasaran hambre me metería a puta de lujo si era necesario. Mi marido a modo de piropo me regaló un “tú no puedes ser puta de lujo porque no eres suficientemente guarrilla”
Y ahí es cuando su piropo se convirtió en insulto. ¿Que yo no puedo ser qué???????
Puta, astronauta, surfera, científica…yo no soy nada de eso porqué a mi no me da la gana; y si no soy guarrilla pues aprendo. Y ahí es donde retomamos el hilo de si todo es aprendible o no. Pues a eso que voy yo, si hay que aprender se aprende. ¿Y cómo aprende una a ser guarrilla?
Videos, documentales, artículos, sabiduría popular, pelis porno, libros etc. Toneladas de información al alcance de mi mano.
¿Y de que sirve entonces leerse al Sr. Grey para (como me anunció la amiga de la amiga de la hermana de mi marido) plantearnos nuestra moralidad si resulta que, según la mayoría de las personas con las que he hablado, esto es una marranada, esa es una descarada, eso es una vulgaridad, yo nunca haría esto y aquel protagonista de aquella película de hace años que tan excitante me pareció a mí, resulta que postula en contra de la dignidad de las mujeres, y esto no puede ser y esto no se toca y eso no se dice, esto no procede así que prohibido ni pensarlo … no soporto tanto no, no, no. Me aburre hasta la saciedad.
Así que yo seguía replanteando, teorizando y con diccionario en mano, buscando muchos más términos sexuales desconocidos de lo que yo hubiera apostado…  fisting, bukake, swinger, bondage…
¿Y si ni con estas te queda claro? Pues recurres al típico amigo de la cuadrilla, animador indiscutible de nuestro grupo de WhatsAPP del que todos borramos las fotos y videos que nos manda incluso sin abrirlos porque ya sabemos de qué estilo son. Gran erudito en el tema con lemas tipo “si no da arcada no es mamada” y gran conocedor de la flora y fauna de las técnicas sexuales más disparatadas.
Y digo yo, ¿si tanto tuve que indagar y buscar, significa que he experimentado poco o lo que es peor, significa que soy la puritana vecinita del 5º???? …..Si es que ya lo decían en mi pueblo: “una mujer debe ser dama en la mesa, señora en casa y puta en la cama”…. Por lo que señoras, chicas y niñas del mundo, aprendan bien esta lección: hagan ustedes lo que les de la real gana. Divertíos, subíos o bajaos la falda hasta donde queráis, ponérosla en la cabeza si os gusta más, aprended y mucho mejor desaprended y sobretodo experimentad lo que os apetezca.
Para todo lo demás, contactad con Samuel, el de mi cuadrilla...;)

lunes, 26 de enero de 2015

Volver

Sin pensarlo ni un segundo volvería a mi época de niñez, a los veranos eternos de 3 meses, a la época donde estaban los que ya se fueron, sin peros, sin porqués.
Volvería a la sensación de llegar al camping La Siesta, a las charlas post desayuno en la galería con mis padres, al olor a pipa y a Rochas, las reuniones en el baño y aquel magnifico pisito de mi Raval querido donde había espacio para todo.
Volver al mirar desde mi ventana a los adolescentes de les Escolapios y soñar con ir al instituto, a la universidad, a un campo de trabajo en Sud América……, volver a la siesta del Sol de invierno en el Canadá de mi habitación.
Bajar a dormir a casa de l’avia, y salir al bacón y cenar en mi sillita de madera, mi montaña de arroz blanco con tomate y reír y aficionarnos a cotillear de aquella del 14 o de aquel que baja ahora a comprar a la Matilde. Entrar corriendo porque acabaron los anuncios y salir de nuevo al balcón a la fresca en el siguiente bloque de publicidad.
Volver a las tardes enteras jugando en el portal de mi casa con mis amigos de la calle, mis Coquis, mis primeros amigos, mis mejores aventuras. El campechano de Les Planas, la Barceloneta en el 64, las excursiones con los abuelos de la asociación, nuestro local lleno de luz y vida para la revetlla de Sant Joan y el “duro” trabajo de todos los vecinos de bajar escoba en mano a las 12 de la noche con mangueras para preparar la calle para les festes de la Mercè.
Mis gitanos del Peret diciéndome si soy la Cristineta del Carbonell y la Mercè enseñándome a bailar en una boda gitana con mi vestido blanco de corazones brillantes. El Dirty Dancing con el Richard, el Flashdance con las chicas, mi Eva, mi Raquel, nuestro ángel Jeni, mis queridas hermanas Montse y Silvia y los genuinos Carlos, Pepe y Lito. Mi happy Pifa y nuestro ideal idilio platónico.
Las visitas de piso a piso de la Maite y el Carlos en anorak en pleno agosto para inaugurar el aire acondicionado y las cacerolas para abajo y los postres para arriba.
Las noches de revelado interminable con mi padre, llenando toda la bañera de fotos colgadas secándose, cuando lo importante acababa siendo la buena conversación, las buenas canciones y nuestro momento de complicidad juntos en la carismática habitación de la música.
Las flors de mi madre, el péndulo, las limpiezas de cutis en la camilla de casa. Las duchas de domingo y las trenzas que me hacía para rizarme el pelo mientras merendaba un bocadillo de pan de payés con nocilla.
El estirar la hora de irme a dormir hasta que terminara Luz de Luna y los domingos de Dallas a familia completa y  bocadillo de atún en el sofá.
Las reuniones en la escalera porqué la vecina del 1º se dejó la llave dentro de casa y para acompañarla mientras el “manyà” abría la puerta improvisamos unas galletas con leche y chocolate en el tramo desde el 1º hasta el 4º, sentados en los escalones un total de al menos 3 generaciones distintas.
Mi ojito derecho, mi avia…inmensurable, indefinible, absoluta, perfecta en todas sus épocas. Mi avi enseñándome las tablas de multiplicar y su inconfundible caligrafía. Volver a ser la patarrona de la yaya velleta.
Y la música de los sábados en la cocina…. misa campesina, Bob Dylan, Pimpinela, Paloma san Basilio, Rocio Durcal, Nana Mouskoury y Jennifer Rush. Pink Floyd y el expreso de medianoche, My endless love, Bilitis y cualquiera de Ennio Morricone.
Y yo me pregunto, que canciones recordaran mis hijos de su infancia? La banda sonora de la mía es sin duda inigualable y lo espectacular de todos estos recuerdos es el propio concepto de recuerdo precisamente. Si lo recuerdas es que pasó de verdad. Sólo aspiro a que mis pequeños puedan recordar algún día que su infancia, como la mía, fue sinónimo de felicidad.