lunes, 2 de noviembre de 2015

Víctor o Victoria

Ayer tuve sesión en mi trabajo: una revisión sobre sexualidad humana. El psicólogo que nos impartió la charla hablaba de modernísimas tendencias multidireccionales sobre sentirnos del género que se quiera sin importar la biología genética, a la vez que nos compartía la posibilidad de dirigir nuestra atracción hacia un género concreto, el opuesto, los dos a la vez, ninguno o de cambiar nuestras preferencias  a nuestro antojo.
Ante tal perorata yo me posicioné en la variante de la incredulidad teniendo en cuenta que toda esta clase magistral estaba basada en las teorías de Freud, Aristóteles y Laplace, que postularon sus ideas hace bastantes años ya, así que tanta modernidad en su época no me disgusta pero no me cuadra, porque o ellos eran unos visionarios o se ruborizarían al comprobar que en la sociedad actual vamos todos un poco a barullo en tema de relaciones interpersonales. Así que dejémonos de fases orales o fálicas que no las entiendo para nada ni les veo practicidad alguna en la vida cotidiana y vamos a mis elucubraciones sobre tendencias homosexuales. Deseo fervientemente que nadie se sienta ofendido puesto que mi exposición básicamente puede parecer simple y superficial pero ya sabéis que esas son cualidades que suelen caracterizarme así que no os lo toméis por el mal sentido.
Y bien, las personas que se sienten atraídas por personas de su mismo  sexo, a mi entender, buscarían parejas con las características propias de ese sexo muy acentuadas, ¿no? No entiendo porqué precisamente dichas parejas suelen tener rasgos del sexo opuesto al que son, por el que teóricamente no sienten atracción física y de igual modo me cuesta entender la atracción ejercida por la vertiente del travestismo, es decir, si yo fuera lesbiana me buscaría una pareja, mujer, lo más femenina posible porque el tema de tener como pareja sexual a un pseudo hombre con vagina o en caso de travestismo una mujer pero con pene no creo que fuera lo que más satisfacción me trajera en el ámbito de atracción visual pura y dura. No estoy hablando de fea ni guapa, ni de si es nuestro tipo o todo lo contrario. Únicamente me planteo la duda en términos calificativos de género.
Basándome en ese hecho a esta lesbiana imaginaria en cuestión, ¿lo que le atrae que es, los rasgos femeninos internos o los rasgos masculinos que muestra externamente su pareja siendo ésta una mujer?
Después de divagar durante varios años y de algunas conversaciones al respecto por fin lo he entendido. Ha venido la luz a mi simple mente. Lo que enamora a una persona de otra no es obviamente ni su vagina, ni su pene, ni sus tetas, ni su masculinidad o su feminidad, es simplemente su PERSONA. Y para ser exactos lo que a mi verdaderamente me engancha de las personas es su actitud y de cómo exterioriza y comparte con el mundo todo eso que su alma y su mente tienen para ofrecerme, sin importar cómo  sea el envoltorio.
Ahora entiendo  que se pueda sentir fascinación por un hombre o por una mujer indistintamente al género en el que hayas nacido (aclarando que me refiero al terreno sexual, ya que en otros terrenos yo me siento fascinada diariamente por un montón de mujeres y muy de vez en cuando por algún hombre destacado…;)
Me interesa  bien poco por qué genero se sienta atraída fulanita de tal ni con que genero comparta la vida menganito. Como madre os diré que si mi hijo o hija en un futuro deciden compartir su vida con un hombre o con una mujer poco me importará. Ponga lo que ponga en el diccionario, los términos alma, amor y persona no llevan su género grapado en la frente, así que amad chicos y chicas, a esa persona elegida. Amad con pasión y sed bien amados, que lo que opinen los demás, como dice la canción, está de más.


1 comentario:

  1. Javi : totalmente de acuerdo con la reflexión ya que es un tema el cual es muy nuevo para Ala sociedad ya que hace relativamente poco tiempo que se habla de una manera abierta por eso despierta muchas preguntas las cuales intentamos responder de una manera lógica lo que no podemos afirmar que acertada. El apetito sexual del ser humano es insaciable e impredecible ; Lo importante es seguir conociendo a las personas que nos parezcan destacadas / fascinantes y sobretodo ser feliz ; )

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