Días atrás descubrí por casualidad el concepto “follar la
mente”…..y me encantó. Me cautivó al instante. Tal como lo leí el slogan decía
algo así como: que te follen el cuerpo es fácil, lo verdaderamente difícil es
encontrar a alguien que te folle la mente.
Y qué razón tiene ese concepto, me cautivó, me inspiró y me
sentí comprendida por fin!
Yo quiero que me follen la mente y aunque estoy convencida
que hay modos menos vulgares, más elegantes o más científicos para expresar
esta teoría, os aseguro que ningún término nunca será más clarificador y
literal que este!
El caso es que a mí me follan la mente cada día infinidad de
detalles, sobre todo, una frase, una mirada, un gesto, un piropo bien hecho, una
canción, unas letras, un poema, una foto o simplemente y a menudo mi propia
película mental.
Yo me monto películas de casi todo lo que me rodea, sin ir
más lejos hace muy poco fuimos de camping con nuestros peques y había un guía
turístico monísimo tipo Chris O’Donnell en “Limite Vertical” y ni os cuento la
velocidad de reacción de mis neuronas.
Montaña, tormenta, escaladores, mi piolet falla, él me
socorre (ahí es cuando me surgen las dudas sobre si podrá sujetar mi peso cayendo al vacío pero al final
siempre me sujeta porque en mi peli yo soy súper flaca y él es súper fuerte) y
seguimos con refugio, chimenea, alfombra y demás. Y voy metiendo escenas de
películas a mi antojo. Empezamos con una ducha calentita para entrar en calor del
estilo “El viaje más largo” y después una buena cena y pasamos a la alfombra frente
a la chimenea y miradas y sonrisas y acercamiento…..y en ese momento o suelo
quedarme dormida porque aprovecho para imaginar estas historias los pocos
minutos que transcurren entre meterme en la cama y dormirme o, si estoy
despierta ya me he cansado de la peliculita y cambio de tema a otras cosas. Y
es que os juro que mis películas no pasan de ahí, siempre se quedan en los
preliminares, en el acercamiento, en todo el halo de emoción que envuelve el
previo porqué no necesito nada más.
La diversidad de mis fantasías suelen moverse entre el
refugio de montaña, hasta ser la reina del mambo en patinaje sobre hielo o
bailando salsa o en un arte marcial milenario. El rollo Lara Croft también me
interesa, pasando a menudo por historias
de hospital remontando paradas cardiacas o viendo el aneurisma que ningún
neurocirujano ha conseguido descubrir. A todas estas habituales les añado la de
la motorista con Ewan McGregor al lado en el desierto con una trail que la voy
alternando con la del Jeep 4x4
descapotable con pantalón cargo, camiseta de espalda nadadora con pañuelo en el
pelo en la selva.
Otra top ten sería la del momento recibir un paquete con una
prenda de vestir dentro y un mensaje que ponga: vístete, te recojo en 30
minutos. Sin saber qué, ni cómo, ni dónde. Sólo esa prenda y saber que él
quiere verte vestida con eso. Uaaauuuu eso también molaría, no me lo negareis
(y es que tengo ciertas dudas respecto a que el atuendo con el que nosotras nos
vemos guapas sea el mismo por el que se decantarían ellos. Una ayudita nos
vendría de perlas. Para instruiros nada mejor que “La Cruda realidad” con Butler
y Heigh).
Y bien, a raíz de todo esto, justamente el fin de semana
pasado hicimos una mini ruta en moto
junto con dos parejas de amigos; durante
la cena las chicas nos lo hicimos venir bien para sacar el tema de las fantasías
y de los gustos y disgustos de una
relación. Con todas nuestras armas intentamos descubrir el mecanismo de
pensamiento de la mente masculina….qué les pone, qué les despone, y cuáles son
sus anhelos escondidos. Nuestro esfuerzo resultó en vano, desistimos, no hay
modo. Son simples y sé que no os gusta, hombres del mundo, que os etiquetemos
así, pero no hay otra definición posible, o simples o mudos porqué allí ninguno
soltó ni una palabra. Las preguntas fueron fáciles y banales…tetas o culos,
guarronas o modositas, tipo de vestimenta preferida, fantasía favorita… pero fue inútil. Ni con alcohol a
litros nos dieron una de cal y partiendo de la base que el único que se dignó a
responder (aunque muy por encima y para
cubrir el expediente) fue precisamente el abstemio del grupo, me da que pensar
que nuestras armas son un verdadero desastre. Así que si nos ha fallado el
alcohol y el jurarles que no son preguntas trampa, ya no se qué estrategia
buscar para que abran sus mentes masculinas a nuestra curiosidad femenina.
Así que yo me pregunto ¿Qué hombre habrá en el mundo que
sepa darme eso? Pues conozco un montón, Gerard Buttler, Brad Pitt, Ethan Hawke
o Christian Bale. También podrían cumplir con el papel un bombero, un policía
de la científica, un Cristian Grey o algún guapetón de uniforme o en vaqueros
azules desgastados con una camiseta blanca de cuello redondo. (aceptamos
también jersey de cuello alto).
Paradójicamente, después de mucho pensar en todos estos
hombres perfectos he llegado a la conclusión que no son ellos los que me
gustan, en verdad, los que me enamoran son los guionistas que han escrito esas
escenas o los que les han dotado de esa actitud tan atractiva para mí. A esos
quiero yo, a los guionistas que engendran en sus mentes esas magnificas
historias de amor y aventura. Ellos son los que me follan la mente.
Si al final resulta que ese guionista es gordo, feo, calvo y
sin dientes, casi mejor os olvidáis de lo dicho.
Me quedo con Gerard Butler.
No hay comentarios:
Publicar un comentario