martes, 8 de marzo de 2016

Desinspiración cotidiana

Cuando estoy feliz y tranquila no me inspiro. Qué pena la mía. Parece ser que necesito un punto de macarra para que me surjan las ideas que me hacen llenar páginas. Mis musas se han ido, deben aburrirse cuando entro en fase de paz interior.

A pesar de tener mi mente en constante ebullición  con ideas que pueden dar titulo a mis columnas no consigo desarrollarlas más allá de dos líneas. He buscado sobre modos de recuperar la inspiración pero me parecen todos muy ñoños. No son de mi estilo, así que nada, tendré que ir a lo seguro, Alguna idea loca, algún proyecto disparatado…y es que yo para inspirarme necesito cierto aire gamberro...Y  me pregunto el porqué de eso. ¿Es acaso mi musa una barriobajera? ¿Por qué los temas que auto debate mi mente tienen siempre cierto aire de locura?

¿No sería más fácil pensar en cosas cotidianas? Pues tristemente va a ser que no. Yo a pesar de que la rutina me aporta calma no puedo evitar agobiarme hasta de mi misma cada cierto tiempo.
Cuando era más joven solía pasarme cada verano, después la cosa dejó de tener relación con la estación del año y pasó a suceder sin previo aviso, normalmente después de largos periodos sin cambios o últimamente después de alguna decepción importante. Y es que no negaré que yo estoy muy feliz en mi vida y no quiero cambiar nada (hablando a grandes rasgos) pero mi mente inquieta SÍ necesita añadir alguna dosis de adrenalina de vez en cuando.

El problema es que mis dosis de adrenalina suelen ser disparatadas y a menudo requieren un sacrificio que ni mi logística familia, ni mi economía  puede asumir. La última…ser bombera. No es algo nuevo, siempre he querido ser enfermera del cuerpo de bomberos  aunque nunca lo he mirado en serio puesto que mi vida me ha llevado por otros ámbitos. Esta vez he estado a un suspiro de presentarme a la convocatoria de plazas pero por desgracia se necesitaba el carnet de camión y no lo tengo. No me importaba sacármelo si el plazo para la inscripción me lo hubiera permitido y tampoco me importaban las pruebas físicas. Al contrario de lo que piense la gente a mí eso me provoca más aliciente que rechazo. La pájara anterior a esta fue hacer un máster de emergencias extra hospitalarias con prácticas incluidas en el servicio de bomberos de Nueva York…bufff eso si que fue un subidón. ¿Y lo veis? otra vez bomberos. En general todo lo que sea difícil y con uniforme me gusta: bomberos, SEM, SWAT….., los cuerpos del estado en general (y es que mamma mía, ¡qué cuerpos!)
 También hubo una vez que quise ir al campo base del Everest y del K2 y otra en que quería vivir en el Calafate en Argentina. Hubo un día durante un concierto de Celtas Cortos que le propuse a mi novio vender mi Volkswagen Polo y recorrer el mundo con lo que sacáramos. El coche era nuevo así que yo calculaba que nos darían unos 12.000 euros. La idea era pulírnoslo y cuando sólo nos quedara lo necesario para el billete de vuelta volver y empezar de nuevo nuestra vida habitual. Por desgracia no coló (desde entonces tengo serías dudas sobre mi poder de persuasión). Nada de todo aquello  prosperó  pero os aseguro que fui inmensamente feliz imaginando todo lo que me depararían esos futuros alternativos.
Luego tengo maneras más accesibles de chutarme…algún piercing furtivo, el diseño de un nuevo tatuaje (este es mi última adquisición mental, después de descartar lo de ser bombera) y es que cuando se me mete algo entre ceja y ceja todo cuadra en mi percepción subjetiva de la realidad de tal manera que hasta me da la sensación que la vida me da señales….veréis, para que entendáis mi lógica…..hace un año me hice dos piercings en la clavícula (uno por cada hijo), dos brillantitos, muy monos, muy finos. Me encantaban. Pero parece ser que mi cuerpo los rechazó como (según los entendidos) se rechazan el 99% de este tipo de piercings en concreto. Pues bien, a mi me sigue gustando el tema decoración clavícula así que hace unos meses ya pensé en tatuarme algo pequeñito allí. Ayer sin ir más lejos vi en la tele la peli “Divergente” que me encantó en su día y por casualidad la pillé anoche  y la volví a ver. Y me encantó todavía más (sin hablar del protagonista masculino que me parece tremendo empezando por el nombre y acabando por su actitud; sin pasar de inicio por su aspecto físico) el tema es que ella me encanta. Su papel, su valentía, su temerosa osadía, el feeling entre ellos y, casualmente el tatuaje que se hace en su clavícula. Y para echar más leña al fuego, hoy, justamente hoy, os juro que ha venido a consulta una paciente con un tatuaje en la clavícula. ¿Podéis creerlo? Ahaha!!!!  ¿Si o si la vida me manda señales????? Soy fácil, mi lógica mental y emocional es aplastante para mí y obviamente hago que me cuadre a mi antojo. Mi poder de persuasión hacía mi misma es brutalmente efectivo. Pero mi  verdadero problema es que cuando se me pasa el efecto de la novedad, vuelvo a aburrirme y ciertamente es agotador vivir en una búsqueda constante de nuevos incentivos de vida y más aun de incentivos que tengan cabida en mi logística diaria. Así es como me agoto hasta de mi misma y de mis malditos ciclos. ¿Pero cómo lo hago???? Contadme, ¿cómo hacéis vosotros para mantener la chispa de la vida cotidiana?


Magia, imaginación, locura……y qué más da! Una vez leí que si tus sueños son grandes es porque tu capacidad de lograrlos también lo es pero sólo serás capaz de lograrlos cuando consigas que éstos, sean más grandes que tus excusas (y ahora si me disculpáis voy a informarme de los requisitos para entrar en los SWAT…;)

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