
martes, 27 de agosto de 2013
La reina del bar canalla

martes, 20 de agosto de 2013
Simplificando...
A menudo me ofusco en recrearme en mis problemas y se me olvida obedecer aquel proverbio chino que cuenta que si algo tiene solución, soluciónalo; pero si no la tiene, ni te preocupes. Total, ¿para qué preocuparse entonces? ¿Solemos regodearnos en nuestras desgracias excesivamente? Alguien me dijo una vez que yo me sentiría desgraciada continuamente porque siempre quiero más, cuando consigo algo voy a por otra cosa y vivo en un estado de insatisfacción constante porque el logro por haber conseguido lo primero me dura apenas unos días. Pero ¿es correcto relacionar insatisfacción con infelicidad? No creo que vayan de la mano. Para mi insatisfacción por querer más, es una búsqueda, una aventura que me empuja a mejorar y esforzarme. ¿Por qué no puedo llegar hasta donde marca mi imaginación? A veces me excuso alegando que no es insatisfacción, es rapidez mental. Soy muy rápida, muy de borrón y cuenta nueva, de a otra cosa mariposa. Mis duelos en temas de proyectos, actividades y logros no duran. ¿Conseguí esto? Pues ya está, ¿qué hago ahora? No me entretengo en recrearme en mi éxito; ¿No puedo con esto? Pues voy a por aquello. Querido "esto", ya te pillaré en otro momento, y "esto" vuelve en un círculo incesante, hasta que al final lo consigo y paso a aquello o a lo de más allá. Como humana y tozuda que soy, a veces me encasquillo en algo que me impide avanzar y me enmaraño en mi misma, sin ver que la solución suele ser más fácil de lo que parece. En clase de filosofía el profesor lanzó una pregunta: - "¿Y si mañana no saliera el Sol?". Todos nos quedamos petrificados, nadie sabía qué responder, y todos en nuestro interior elucubramos sofisticadas teorías metafísicas sobre el fin del mundo, sobre si sería posible la vida sin sol y varia hipótesis más. De repente, una voz respondió: -"Pues saldríamos a la calle con linternas". Aquel comentario me fascinó, tan sencillo, tan espontaneo, tan pragmático. Desde ese momento intento (que no significa que consiga), simplificar las complicaciones, no obsesionarme con cosas que en el fondo, requieren una solución tan sencilla como dar un pequeño giro a la falda para que no se note una costura abullonada mal cosida o dejar a la niña en la cuna con la cabecita donde teóricamente había predefinido que irían sus pies, cosa que hace que las maniobras sean más ergonómicas. Tan fácil pero ¿por qué estas ideas no se me ocurren siempre? ¿Es porque soy demasiado estricta? Establezco conceptos que luego me cuesta saltarme. Mi tendencia a etiquetar y clasificar me coloca en situaciones poco fluidas y convierte en fijo lo voluble, en eterno lo efímero, consiguiendo obtener algo demasiado serio, para mi recién estrenada forma de pensar simplificada, lo sume todo en un ritmo sinusal perfecto. Así que el truco, indiscutiblemente, lo he encontrado en simplificar y disfrutar de ciertas extrasístoles, que suelen dar el toque despreocupado a una cadencia demasiado rítmica.
Delicatessen

jueves, 8 de agosto de 2013
Como el vino
Mi cuñado Iñaki opina que las mujeres, cuando son madres, pierden su toque sexy. Oír comentarios hacia Jennifer López, por ejemplo, viendo un videoclip del tipo: -"Señora, por favor, ¡qué es usted madre!"… Pobres bobos y prejuiciosos hombres. Sí, soy madre ¿y qué? También lo son Valeria Mazza, Paula Echevarría y Carolina Cerezuela y dudo mucho que mi muy señor cuñado les hiciera un feo. ¿Quién inventó entonces el término MILF (Mother I Like Fuck) o lo que es lo mismo MQMF (madre que me follaría)? Yo me pregunto, ¿por qué nos engloban en una categoría diferente? ¿Porqué no simplemente WILF (Mujer a la que me follaría)? ¿Es que jugamos en ligas distintas? Antes que madres, indudablemente somos mujeres ¿cierto? ¿O tal vez no? ¿Porqué en el mismo instante en que la cabecita de mi retoño asomó al mundo, mi identidad cambiaba como por arte de magia de Cristina a "mamá de"? Acepto que he cambiado en algunas cosas pero en esencia soy yo, la misma pero mejorada. Mejorada con una experiencia que ningún otro ser en el mundo podría haberme dado, mejorada al saber que ya he pasado (y sobrevivido) por el mayor dolor físico que existe (espero) y mejorada porque a partir de ese momento y para siempre jamás se que hay algo superior a todo que hace que me levante con más fuerza aún cada mañana. Así que, por favor señores, no nos desmerezcan por ser madres, tampoco nos aplaudan, tan solo les pido que nos traten del mismo modo en que siempre lo hicieron. Tal vez ese comentario estaba mal formulado. En lugar de madre quiso decir ¿mayor, vieja? ¿Perdemos el toque sexy con la edad? Cenando el otro día al fresco de la terraza, tuve oportunidad de ver el ir y venir de los vecinos de mi comunidad. Pasó una chica joven, una niña diría yo, ¿14,16? Pongamos 18 para no meternos en líos de legalidades. Muy mona, buen cuerpo, cara angelical. Después pasó una mujer; 40 años. Buen cuerpo, no de 16 sino de 40, claro, guapa, segura. Y yo me pregunté: -"¿con cuál de las dos podría disfrutar más un hombre en una relación?" ¿Un culo bien puesto vale más la pena que una buena conversación con un culo, tal vez y solo tal vez, un poco peor puesto? Buscando el mismo objetivo final, y pasando por conocernos, cena, copa, conversación, risas, seducción… ¿nos quedamos con la de 18 o con la de 40? Mi marido me respondió que con la de 40, incluso mencionó a Susana, una cincuentona estupenda compañera mía de trabajo. (Susi, ¡qué alto me has puesto el listón, jodía!) ¿Respondió lo que creía que yo esperaba oír? ¿Pensó que era una pregunta trampa? No sé. Porque… ¿qué tiene una chiquilla que no tenga una mujer? Ingenuidad, simpatía, ilusión, inocencia, tipazo, ganas de divertirse…Perdonad, por más que busco no encuentro que le falte nada de eso a mi Susi. Así que para mí, ganan por goleada las MILF, WILF o como las queráis llamar, por todo lo dicho, por todo lo que ya han hecho y por tanto y tanto que les queda por hacer. Y no me malinterpretéis, volvería a los 16 mañana mismo, pero sin dudar ni un instante, sólo, sólo para llegar a los 40, volver a formular la misma pregunta y obtener la misma respuesta.