
¿Y ese gusto…? Meter algo en el oído para…. ¿No oír? No oír para…. ¿No saber?
¿Es preferible vivir en la ignorancia? Solía pensar que yo era de las que prefieren saber, pero últimamente tengo claro que si algo no me va a aportar nada, ¿para qué saberlo? Si hay algo de lo que no debo decidir, no me trae nada bonito y además me turbará….pues prefiero no saberlo. El Ojos que no ven, corazón que no siente se inventó por algo.
A veces no me gusta ni ver películas dramáticas, con las que sé que voy a pasarlo fatal y a llorar a lágrima viva. Me he vuelto superficial en estos temas, lo reconozco, pero de momento no le acabo de encontrar el gusto a sufrir. Todavía no he conseguido ver “Lo imposible” y dudo que pueda verla dando la casualidad que uno de los protagonistas es un niñito precioso y rubio, como mi pequeño Jon. No puedo, me meto tanto en el papel que tardo horas en olvidar que es cine y saber que pasó de verdad, saber que esa personita vivió todo ese horror me supera. No es muy ortodoxo, lo sé pero no me gusta atender a las noticias del telediario sobre muertes, matanzas, desastres climatológicos, secuestros y este tipo de sucesos. Me duelen mucho, muchísimo.
Diréis que eso es evadir la realidad, vivir en un mundo falso, ser egoísta, dar la espalda a los problemas….puede ser, lo acepto, pero mi versión de los hechos es que yo no puedo hacer nada por esa gente y el hecho que lo sepa o no, no va a cambiar el curso de sus acontecimientos, por tanto, no tengo duda, prefiero no saber.
Alguien dijo una vez que, en medicina alternativa, los oídos son el órgano que de alguna manera regulan el miedo y el frio. En mi caso, cuando siento alguna de esas sensaciones, me tapo las orejas, así que he podido corroborar subjetivamente esa afirmación. Siempre duermo de lado con el oído tapado por la sabana y cuando veo pelis de terror no me tapo los ojos, me tapo las orejas! Es curiosa esta interrelación entre oír-temer-tapar…Como no quiero oír algo que me da miedo saber o ver, me tapo los oídos y así esquivo el miedo y de paso, la audición.
Aparte de esto, si profundizamos en el ojos que no ven, obtenemos ciertos matices.
Si algo no se sabe no se puede juzgar y si algo no se sabe tampoco te puedes juzgar a ti misma por decidir o no permitirlo, afrontarlo, olvidarlo, castigarlo y muchos más “–arlo”
Esta tendencia a veces, puede resultar peligrosa. Una mentira, si no se sabe, ¿deja de ser mentira? ¿Existen las mentiras piadosas? ¿Se consideran verdades a medias? Creo que todo el mundo miente, en cosas más banales o más importantes, pero en algún momento todos lo hacemos, por no herir, por miedo, por no fastidiarla, porque no sabemos salir de la gran bola de nieve, por lo que sea, pero es un hecho, mentir mentimos, así que no entraré en si está bien o mal; eso se lo dejo a cada uno. Sólo argumentaré una cosa, la mentira más importante, a mi entender, es la que nos hacemos a nosotros mismos. El “nadie se va a enterar” no me sirve. Me voy a enterar yo misma y yo soy mi juez más estricto. Nunca consigo esconderme de mi por más que lo haya intentado alguna vez…. así que mi consejo ,sin que sirva de precedente (porque no me considero en absoluto en posición de aconsejar a nadie) es que si mentís, mentid bien y al menos, mintáis a quien mintáis, aseguraos de no mentiros a vosotros mismos!
Hace tiempo que no limpio mis gafas, para lo que hay que ver.
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