jueves, 23 de enero de 2014

Espejito mágico

La otra noche de repente me surgió una idea en la cabeza que no me dejaba dormir así que, ni corta ni perezosa, codazo a mi marido en la cama y le pregunto: - "cariño, si un día me secuestran, me hacen cirugía estética y me convierten en hombre y vuelvo a ti al de un tiempo con un físico totalmente distinto, ¿serias capaz de reconocerme por como soy por dentro? Enseguida la etiquetó como pregunta trampa y no me respondió por lo que seguí pensando en ello. Esa fue una versión de las mil habidas y por haber de intercambio de cuerpos o alguna más profunda tipo me muero, me reencarno pero mantengo mi personalidad anterior, ya sabéis, el típico pensamiento habitual de posibles casos hipotéticos que pueden suceder en la vida de todos nosotros. Y yo seguía… Mis padres, mi marido, mis hijos, mis amigos ¿me reconocerían? A mí eso me da qué pensar bastante porque, ¿realmente tengo características tan únicas e intransferibles que me definen a mí y sólo a mí?  Yo creo que soy muy fácil de conocer porque soy muy transparente pero a menudo me veo en los ojos de otras personas y me doy cuenta qué no conocen mi estilo para nada. Al menos el estilo que yo creo tener como propio. A raíz de eso, si yo me veo de un modo pero el resto del mundo me ve de otro, yo me pregunto, ¿cómo me ve la gente en realidad? Y quien me ve ¿ve realmente mi verdadero yo o percibe algo muy distinto? Había un programa en la televisión, "tu estilo a juicio", donde un jurado de desconocidos relataba qué primera impresión dan las personas sin conocerlas. Me asombraba al ver que la primera impresión que dan a veces las personas dista mucho de la actitud que tienen en su interior o de la visión que ellas creen que dan. A mí me pasa a menudo lo mismo, si yo os pregunto qué tipo de música hago pinta que me guste, normalmente me colocáis cantantes o grupos que ni fu ni fa. Soy comercial, nada profundo pero ni la mitad de ñoña que los grupos que me adjudican. Ídem con el cine. Igual con mis hobbies. Y más de lo mismo con la ropa, cuando voy de compras o me hacen algún regalo (que para mí son todos bienvenidisímos) me quedo patidifusa con el estilo que según los que me conocen es el mío. Y yo pienso, por Diosssss ¿así me ve la gente? No os ha pasado que os miráis al espejo y os veis de un modo y un minuto después os hacéis una foto y os veis completamente diferentes. Y, ¿cuál es vuestra  verdadera imagen, el espejo o la foto?  Estoy convencida que el espejo me devuelve lo que yo veo de mi  y la foto el cómo me ven los demás, pero como la foto la miran mis ojos pues vuelta a empezar con la duda. Y si, es cierto que esto son tonterías, que el mundo está muy mal como para pasar un minuto pensando en estas sandeces pero como recuerdo haber dicho en alguna ocasión, a menudo disfruto de lo banal y no me avergüenza tomarme mis respiros de superficialidad. Mirándolo desde el ángulo contrario, mis primeras impresiones sobre los demás no suelen ser erróneas, aunque reconozco que en un par de ocasiones he juzgado mal a priori y luego a desembocado en algo muy bueno, gente que en principio no me despertaban interés pero de repente y para rizar más mi locura especificaré que después de haber soñado con ellos, les empecé a prestar atención. Lo que nunca me ha pasado es ver algo bueno y que tire a malo…cuando me entra por el ojo, me entra. Si me gusta, me gusta desde el principio. Tal vez suena prepotente o  por azar pero cuando entro en un ambiente nuevo doy un vistazo rápido a la sala y pienso con qué personas (que percibo interesantes) quiero entablar relación. Por suerte si miro al pasado siempre he creado lazos con esas personas a las que señalé en su día, y además, lazos profundos y de mucho cariño. (No puedo evitar decir que me pasaba lo mismo al entrar en una discoteca, rápido vistazo a la sala y apuntar mentalmente; "NOTA: Al final de la noche, ese, me habrá sacado a bailar". Si lo conseguía o no, me lo quedo pa mi, tal vez os lo cuente en otra ocasión) Pero, ay si caes en la última hoja de la libretilla del fraile, como bien dice mi padre, mal lo tienes conmigo amigo. En esa hoja sólo hay personas que no se bien  el motivo pero no me cuajan. Hasta ahora mi detector no me ha fallado y me atrevo a decir que con los años mi olfato ha mejorado incluso pero volvemos al juego en cuestión, de oca a oca,…. ¿qué debieron ver esas personas en su día en mi para querer acercarse? Si me vieron antipática o risueña, despreocupada o cabal, guapa o fea, accesible o distante, profesional o aficionada, arreglada o informal, joven o vieja, interesante o rollazo tal vez nunca lo sepa. Si me vieron mal no habremos llegado a nada  por lo que qué más da lo que piensen; y si me vieron  algo bueno y se convirtió en reciproco, seguro que a estas alturas ya debieron  descubrir mi verdadero yo y sólo así sabrán si eligieron bien o no.

1 comentario:

  1. Siempre hay algo personal. Imaginémonos la voz, un modo de besar, una caricia que solo tú haces a cierta persona.
    Si siente algo después de un tiempo y te está esperando, creerá que eres tú, aunque no lo seas. si no te espera lo remitirá a su recuerdo.
    Pero si tú misma te recordases hace unos años, con la verdad absoluta (no solo lo que quieres y cómo quieres recordar) tampoco te reconocerías.
    Sigue escribiendo y así algún día, alguien simplemente podrá recordar lo que pensaste ese día y tal vez te verá de forma diferente a como eres, pero te verá a ti, aunque no vea tu cuerpo, ni tu manera de vestir, ni tus gustos, ni virtudes, ni defectos. Solo un pensamiento tuyo. ¿¿Te parece poco??

    ResponderEliminar