Había cosas peores en el mundo, claro está, pero para mí ninguna tan embarazosa como salir de la piscina con mi peor bañador, las orejas pegadas a mi gorro de natación, mi cara de ameba tiritando de frío, las yemas de mis dedos arrugadas y mis lorzas asomando por las costuras. Y vosotros pensareis que no había modo de que esa situación empeorara. Pues sí, por supuesto que lo había. Podía pasar que mi ex estuviera delante de mí, justo donde yo tenía la toalla, y encima más atlético que nunca. Y así fue. Pero yo, salí del agua toda digna y con paso firme llegué hasta él. Y mi mente en un mili segundo analizó la situación y determinó las prioridades para minimizar la tragedia. Lanzarse a por la toalla y cubrir las lorzas. Arrancarse el gorro a toda prisa intentando no quedarse calva en el intento. Masajear mi pelo para desapelmazarlo y que no pareciera un moco pegado a mi cráneo. Holaaaa, ¿cómo tu por aquí? Con amplia sonrisa y actitud sorprendida a la vez que despreocupada. La cosa salió bien, pero sabéis, no me gustó sentirme así. Lo de salchicha en remojo no me moló nada de nada. ¿Y eso como se soluciona? Pues fácil: dieta y ejercicio. Dieta ya sabemos, el mismo rollo de siempre. Pero… ¿y el ejercicio? Para mí, es un amor-odio difícil de entender. A mí no me gusta el deporte, no os mentiré. Hago deporte (o lo intentó de vez en cuando) porque quiero un cuerpo de deportista, no por gusto. En cambio me encantan los retos tipo "La teniente O'Neill". Mis fotogramas preferidos en el cine son las escenas de entrenamiento, esas con música que te incentivan a levantarte del sofá y jurar con todas tus fuerzas que tú también vas a subir al K2 (aunque sólo llegues al campo base del Everest y por internet). Mi peli ideal sobre este tema es "Pasión por el triunfo" pero hay millones, algunas sin escenita de training pero que igualmente me hacen soñar con grandes logros… "Límite vertical", "Fama", "Long way round", karate Kid, Rocky y mil más. Y si, todo esto está muy guay pero el problema es que yo haciendo deporte me canso. Mi excusa es muy poco glamurosa, así de simple. Así que siempre acabo harta; harta de pagar matriculas, de cambiar de gym a uno más cerca, de apuntarme con amigas porque así unas a otras nos obligamos a ir, de ir a uno fashion donde te dan la toalla y así la bolsa no pesa tanto…excusas. Juré que NUNCA más pagaría por hacer deporte. Y fue entonces, después de nacer mi segundo retoño (y por la necesidad que me volviera a caber mi ropa de no embarazada) cuando me inicié en la moda del running, pero a mi estilo, con mi música, cambiando de canción a cada paso y sola, a mi ritmo. Las calles, mis pensamientos, mi música y yo. Y la grandeza del tema es que me gustó! Me hizo sentir estupendamente. Ahora que mi ropa ya me cabe, mis metas no han cambiado pero si se han añadido algunas nuevas. Correr más rápido, más alto, durante más tiempo, hacer la Spartan o la Eternal, superar las pruebas de ingreso en los bomberos, una maratón,… pero aunque suene cutrísimo y no tenga nada que ver con los valores deportivos, mi meta más preciada últimamente es, algún día retar a Josu, a nuestro compi de cole (sí, tú S. Taso), y ¿por qué no? tal vez, a unos cuarentones muy cañeros que conozco… los vecinitas. Puede que tarde unos 5 o 10 años en ganaros, pero no lo dudéis, lo haré! ¿Aceptáis el reto hombretones? Y es que nunca más de no saber medir mis capacidades. Nunca más de equivocarme tanto en saber si llegaré o no. Nunca más de perder contra un cartel en una feria que ponía " 50 euros si aguantas un minuto colgado de la barra fija". Y debo aclarar que no especificaba de qué manera tenias que colgarte. Detened vuestras carcajadas, mal amigos! No lo intenté allí mismo, por supuesto. Me fui a un parque apartado de ojos maliciosos y lo probé allí, donde mi dignidad pudiera quedar intacta (excepto para mi marido que me empujó del culo para ayudarme a subir a la barra, y mis amiguetes Sergio y Merche, que cronometraron la hazaña) La cosa no fue mal, fue peor. ¿Sabéis esa sensación de no poder levantar tu propio cuerpo ni medio milímetro? ¿Sabéis el dolor inhumano de agujetas en mis no tríceps y mis ridículos bíceps al día siguiente de no haber movido mi cuerpo ni medio milímetro? ¿Sabéis un niño de 4 años jugando a imitar a mamá, cogiéndose a la barra y balanceando su cuerpo para arriba, para abajo, y subo y bajo y encima lo hago cantando? Pues eso. No tengo nada más que decir. Quizás….y sólo quizás haya pensado en hacer algo de ejercicio, para que aparte de levantar mi propio cuerpo, pueda levantar mi culo, mi salud, mi autoestima y de paso si se tercia, retar y ganar a mis magníficos ejemplos a seguir. Pero por lo que seguro que lo haré es para obedecer a las muy bien pensadas campañas publicitarias que proclaman que "mi mejor versión está por llegar " o que "estoy hecha de una fuerza que ni yo sabía que tenía"….de modo que a la única persona que quiera retar y superar sea a mí misma.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Más rápido, más alto, más fuerte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario