
Y yo me pregunto, ¿es eso una molestia tan grave? En verdad
no, pero no puedo evitar pensarlo cada vez que hago un ECG (y de esos hago
bastantes al día).
Me gusta hacer las cosas bien y a menudo mi percepción de lo
que es estar bien difiere de la de los demás encontrándome con incomodidades de
este calibre. Igual que el anuncio de Scheweppes, me encanta, me parece muy
bien formulado. Tanta gente funcionando a la vez, todos al ritmo, todos con una
acompasación perfecta pero llega el final y lo estropean cuando la chica pone
el tirabuzón de limón en la copa. Al
caer el limón queda demasiado hundido en
la copa y no luce lo suficiente. Y a mí, este detalle me duele a la vista.
Me molesta mucho leer un libro en el que la historia se
localiza en Dublín y por un despiste mío entender Berlín. Al final del libro me doy cuenta que
es Dublín y me mosqueo muchísimo porque para nada es lo mismo y es que para mi
Berlín es verde caqui y Dublín en cambio es amarillo oro!
No hablo de otras preocupaciones importantes de verdad,
sólo me estoy centrando en mis ideales
de perfección y mi sentido de perfección chirria enormemente cuando veo
detalles como esos. Y es que me gusta admirar la belleza que reside en las
pequeñas cosas, en eso que convierte un algo normal en un algo especial sin por
ello tener que pasar por encarecer el producto o en complicar la situación. Es
buscar belleza por el simple motivo de disfrutar de ella en modos tan sencillos
como terminar los bordes de un apósito
en redondo, tener un color determinado para cada tema de mi agenda, ordenar mi
armario por largo de mangas, mirar a un hombre en camiseta blanca de cuello
redondo o observar a lo lejos una vena prominente ideal para pinchar. Esas
nimiedades me aportan tanto bienestar inmediato que se podría pensar que estoy
un poco desequilibrada y tal vez así sea, pero ¿sabéis qué? Vuelvo a
reafirmarme en que no me importa y reitero también en que la frontera entre la
normalidad, la especialidad y el TOC (trastorno obsesivo compulsivo) en mi caso
está absolutamente indefinida. Lo sé y no me disgusta.
Soy muy TOC cuando si son las 11.56 no soy capaz de decir
que son las 12 y si debo despertarme a las 6 no concibo que la saeta de mi
despertador esté a las 6:01 porque no es lo mismo! Y es que aquí podría no
notarse la sutil diferencia pero , ¿verdad que no es lo mismo un beso que un
BESO o una mirada o una MIRADA?…porque aunque las dos cosas se hagan del mismo
modo, con los labios o con los ojos unos te hacen temblar, te transportan y te
recitan un mundo de mensajes y otros sencillamente no te aportan nada; pues
para mí esa es la diferencia entre hacer una cosa de un modo o hacerla de otro,
es sentirme bien o mal, tener un significado o no tener nada, es querer hacer o hacer por hacer.
En cambio y para rizar más el rizo, para otras cosas me da
igual la perfección, soy muy cutre y lo hago rápido y sin esmerarme mucho. Es
como un “pa qué… ya está bien así, total no se va a notar”. Y ahí señores míos
es donde la fastidio, porque SÍ se va a notar y quizás ahí es donde radica de
verdad la perfección de las pequeñas cosas. No en que lo sean sino en que el intento
sea hecho con tal fin. No todo podremos convertirlo en algo especial pero si
podemos elegir la actitud en la que lo concebimos y el modo en que lo miramos
porqué según dos grandes mentes
pensantes la perfección reside en los ojos del que mira y en el corazón de
quien la observa.
Así que no caigamos en la desidia del semi-hacer, busquemos siempre
esa flor que adorne el basurero, no nos cansemos de intentar hacer magia porque
si conviertes en especial todo lo que te rodea será porque tú, indudablemente
también lo eres.
Mira maja,, haz lo que te de la real gana,,,,, ja, ja, ja, ja,
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