jueves, 21 de febrero de 2019

1+1 = ...

Debo estar hecha de carne y beso, o tal vez de carne y sueño;  ¿de carne y cielo quizás?, de todo menos de carne y hueso, estoy convencida, y el motivo es que cuando estoy en paz, relajada conmigo misma y en momento cerebro de vacaciones, cualquier chuminada me saca de mi estado y me eleva a las nubes a plantearme lo que sea y suele pasarme, a menudo, que los detalles más tontos me desvelan las verdades más absolutas y me maravillo de hacerme consciente de grandes cuestiones metafísicas sin entender  cómo no había sido capaz de darme cuenta de ello hasta este momento, aunque lo más seguro y habitual en mi es que al de pocos meses vuelva a desquitarme de esa revelación maravillosa y vuelva a mis opiniones anteriores. Pero es que estoy en permanente conflicto mental entre la exclusividad en el amor y la nueva idea que hace tiempo ya, anda germinando en mi mente respecto al amor (o no), que no definiría precisamente como inclusivo pero por lo menos diría no exclusivo. Vamos, superpajarraca de las buenas. Y el tema es que no consigo decidir con que opción me siento más identificada.
Así me ha pasado con “el Embarcadero”, la serie de Movistar. No es que quiera spoilearos la historia pero es que si no cuento algún rasgo general de la trama, no tendrá ningún sentido esta columna. Quien avisa no es traidor.

Hombre felizmente casado, muy enamorado de su esposa conoce mujer y se enamora de ella también locamente. Fácil, muy a la orden del día seguramente. Lo que a mí me pudo chirriar al principio es el detalle de que el hombre es feliz y está enamorado de su esposa porque aunque yo ya sé desde hace mucho tiempo que una cosa no quita la otra, es decir, estar muy enamorado no excluye el apetito  por un coqueteo externo, en mi ideal de matrimonio, no se deberían necesitar actividades extramatrimoniales si se está al 100% bien con tu pareja.

Pues bien, él se enamora de Verónica. Y cómo no iba a enamorarse de ella si hasta yo lo he hecho. Y me he enamorado de ella y de cómo ella ve y entiende la vida y el amor. Y me he dado cuenta señoras y señores, cuan absolutamente equivocada estoy en mi concepto de amor y qué mal estoy amando.
Me explicaré. Si me preguntan cuál es el amor más verdadero y puro que conozco, el AMOR en mayúsculas, el de no querer nada a cambio, el de sólo vivir y morir por la felicidad del otro, lo tengo facilísimo y clarísimo: el amor que siento por mis hijos.
Es un tipo de amor, como ya he dicho, de por ellos muero y mato, de contra más amor reciban venga de donde venga mejor y de sea lo que sea que les aporte felicidad ahí estaré yo para intentar ofrecérselo. Es decir, quiero que les quieran, cuanta más gente mejor. Provenga de donde provenga el amor lo quiero para ellos, no hay celos, no hay posesividad ni exclusividad.

¿Entonces qué pasa con el amor que siento por mi pareja? En ese amor existen celos, posesividad y exclusividad; estas tres características con cierta connotación negativa y muchas otras por el estilo. Me cuesta mucho asimilar, a pesar que he barajado la idea de pareja abierta, que él pueda sentir cualquier cosa relacionada con el amor, la atracción o el deseo con una mujer que no sea yo. ¿Es por tanto este un tipo de amor equivocado? ¿Estoy amando mal? ¿Estoy errando estrepitosamente definiendo este sentimiento como AMOR, siendo que dista tanto de la definición que yo misma he creado de lo que para mí es el amor verdadero? Y es que yo entiendo que una cosa es amor y la otra sexo; que una cosa es tu compañero de vida, con proyectos en común, la persona con la que quieres envejecer y la que quieres que esté siempre al volver a casa y la otra es una noche de sentirte diferente, de un punto de locura, de ser sólo tú por unas horas etc.También entiendo que cada extremo de la cuerda (el extremo del amor incondicional y el extremo del sexo por disfrute) puede ir aderezado con amistad, posesividad, complicidad, intimidad, cercanía, cariño, eternidad o fugacidad y que los sentimientos son muchas mezclas de definiciones y incluso que el mismo concepto en una persona u otra o en una circunstancia u otra, pueden despertar emociones muy distintas.

Ralph Waldo Emerson dijo:”La madurez es la edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo”; pues puedo decir que a día de hoy y según esta definición, me siento madura porque ya no me creo mis propias trampas de película romántica de cuento de hadas, para mi propia vida yo creo en los cuentos pero no en los fantásticos, sino en los cotidianos, en este tema me gusta más basarme en historias costumbristas, de las de día tras día, donde hay niños que lloran, lavadoras, broncas en el trabajo y nervios porque no nos llega el dinero a final de mes. De adolescente me encantaban las historias de chico conoce a chica y toda la trama hasta decidir quedar juntos, el primer beso, la primera cita etc. Ahora estas historias me parecen fáciles, sin complicación alguna; me parece la parte sencilla del argumento y me identifico más con el otro tipo de cuentos, los de relaciones largas. Esa es la parte difícil del guión. Y es que siempre he pensado que cuando buscamos algo fuera de casa, lo que buscamos es la novedad, el sentir la ebullición de la sangre ante el primer roce, el sentirnos fantásticos porque el otro sólo ve en nosotros las cosas buenas que le hemos mostrado (porque no ha habido situaciones para enseñar aun nuestra cara norte y aunque se hubieran generado esas situaciones seguramente no las mostraríamos al 100% porque tampoco nos va la vida en ello, o quizás si, tal vez nos mostraríamos con toda nuestra gélida cara norte porque por el contrario no nos importaría lo que pensaran de nosotros); Pero en definitiva lo que buscamos es sentirnos especiales. Y ahí es cuando surge esa bromita de “Sabes que es el indicado cuando se te olvida todo, hasta tu marido”. ¿Y cómo no se te va a olvidar tu pareja habitual? Pues, blanco y en botella. Es como cuando te vas de vacaciones a Menorca, puestas de sol, mojitos, playa, sin horarios… ¿no te olvidas de tu vida laboral mundana y cotidiana? Pues yo creo que lo mismo debe pasar con un amante o con un amigo especial. Todo es bonito porque nada es comparable con unas vacaciones en Menorca y cuando se está en modo amante vives de vacaciones. Pues eso, que estreno mi madurez no dejándome engañar por esas vacaciones.
Pero es que estoy liándome y no estoy expresando bien lo que quiero transmitir.

Entiendo la situación de que pueda surgir la ocasión de un desliz
Entiendo la situación de que pueda surgir la ocasión de un desliz estando felizmente emparejado
Entiendo pactar un tipo de relación abierta, puedo entender tener de vez en cuando un desliz, comerse una madalena de chocolate de vez en cuando y volver a tu desayuno habitual. Entiendo que puede apetecer un kit kat que te reinicie la vida y las ilusione.
Entiendo sobretodo las ganas de sentirse especial y de no perderse nada que pueda hacerte experimentar sensaciones nuevas o emociones olvidadas. Aquello de la vida son dos días y el porqué tendría yo que perderme este arrebato de embriagadez.
Y entiendo, mal que me sepa, que estamos obviando cualquier atisbo de moralidad, ética y confianza.

Lo entiendo todo y no juzgo nada porque ya aprendí hace tiempo que quien esté libre de pecado que tire la primera piedra y os aseguro que no voy a ser yo.

Y ahí es donde llego siempre al mismo punto, que entiendo tantas cosas que al final no comprendo nada  y es que este es un tema en el que, por lo complicado de las relaciones, por la infinidad de percepciones y sentimientos que tiene cada individuo y por la implicación tan intima y personal que conllevan estos asuntos , por más que, desde el punto de vista teórico, me encanta la jugada de una relación abierta, el poliamor o cualquiera de estas nuevas definiciones que promulgan un modo de amar más sincero con nuestra esencia, sospecho que no sabría  llevarlo en mi relación al modo práctico, asi que mejor espero a la próxima temporada de "el embarcadero", a ver si los guionistas me sacan de este embrollo mental.

1 comentario:

  1. Muy buena reflexión, Cris! 😘Coincido en muchos puntos. Te abrazo con todo mi cariño y te felicito por tan asertivas conclusiones que las plasmas en tu blog, con un toque genuino de espontaneidad y frescura, tal y cómo tú eres! 😘😘😘

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